Fuera del cuerpo, los ácaros no subsisten mucho más de 48-72 horas.
¿De qué manera actúa la sarna?
El síntoma inicial y más habitual de la sarna es el picor, en especial nocturno y frecuentemente irrealizable de supervisar. Una erupción de sarna inicial hace aparición como pequeñas pápulas o ronchas rojas, pequeñas mordeduras o granos. En casos mucho más avanzados, la piel puede conformar costras o mondar. Los sitios con picazón son signos importantes de un ataque de tembladera. En la mayoría de los casos, empiezan en los pliegues y fisuras del cuerpo, en especial entre los dedos, en los codos o las muñecas, las nalgas o el cinturón, cerca de los pezones en las mujeres y en el pene en los hombres. Los ácaros asimismo tienden a ocultarse dentro o sobre la piel bajo anillos, pulseras o correas de reloj. En los pequeños frecuenta haber un picor mucho más popularizado y la peste puede perjudicar a toda la área del cuerpo, incluyendo las palmas de las manos, el cuero cabelludo y las plantas de los pies. Asimismo posiblemente el niño esté agotado y también irritable a consecuencia de la carencia de sueño por picor o rascarse toda la noche.
La infección bacteriana secundaria es una complicación recurrente en casos de sarna, singularmente en tiempos tropicales y cálidos. En familias o conjuntos que luchan por sostener una aceptable higiene, la infección bacteriana es común. Habitualmente, los pequeños son llevados a la clínica por lesiones en la piel que están inficionadas con bacterias (‘piodermatitis’) y no por la sarna en sí.
Si bien el régimen de infecciones bacterianas en ocasiones ofrece alivio, la recurrencia está prácticamente garantizada si la infestación de sarna subyacente no se reconoce y trata.
Ciclo vital del ácaro de la sarna
La sarna sarcóptica tiene un ciclo vital que se puede llenar en un perro y no dura mucho más de 21 días.
¿Cuáles son sus manifestaciones clínicas?
El picor, esencial y popularizado, eminentemente nocturno y con influencia en la calidad de vida, es lo primordial. En contraste al adulto, el niño asimismo puede contraerlo en la cara y el cuero cabelludo. Hace aparición pasadas esas 2-6 semanas que antes afirmábamos de incubación.
Las lesiones cutáneas son polimórficas y tienen la posibilidad de perjudicar a cualquier una parte del cuerpo del niño. Raras veces tienen solo una localización. En mayores, la cara y el cuero cabelludo son sitios poco usuales. Los caminos lineales o serpenteantes son propios de los túneles que los ácaros hicieron bajo la piel. La eczematización y las lesiones por rascado, favoreciendo esta última la supervisión por bacterias, es un acompañante que a veces hace difícil el diagnóstico. Las uñas asimismo tienen la posibilidad de verse perjudicadas y hay quienes suponen que tienen la posibilidad de ser un vehículo de autotransmisión o un reservorio.
